30 de enero de 2014

Colinas

Una colina de nieve virgen la cual es imposible subir dos veces por el mismo lugar. Blanca, casi transparente, que puede enterrarte hasta el cuello en cualquier descuido. Capaz de darte todo con tan solo el mero reflejo del sol metiéndose entre sus cristales; con algunas zonas resbaladizas que si pisas no sabes a donde te podrían llevar. El paisaje perfecto para acurrucarse a reflexionar y escuchar los latidos que se dejan llevar al son del viento. Una colina que quiere correr pero no puede moverse, pues ya se siente muy pesada de tanta nieve que lleva sobre ella. Sabe que el recorrido puede volverse eterno pues, esa colina era perfecta, aunque contaba con el mas grande defecto: no sabia donde era su lugar en el mundo.

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